viernes, 4 de marzo de 2011

Con olor a Semana Santa

Hoy no tuve clases. De hecho, ya van más suspensiones de las programadas este semestre por culpa de la maldita inseguridad. Bueno, al menos dentro de las aulas no resuenan los disparos, sino los reclamos por una materia nueva que nos agregaron.

*suspiro*

El caso es que este semestre pintaba para ser el más "relajado" de todos. Tres materias, considerable tiempo libre... pero ha resultado muy demandante la Fisiología y un tanto la Microbiología. Reportes de práctica, sesiones de estudio largas (sólo para esta unidad, que de hecho es la más ligera, hemos leído lo mismo que para el parcial más cargado de Anatomía) y buscar en revistas sobre investigaciones que me ayuden a encontrar algún proyecto para el trabajo final. Todo eso me pone a pensar en que quizá no estaría rindiendo tan bien de no haber adelantado todas las materias que pude el semestre pasado.

Y como lindo remate: seré uno de los chicos de blanco a partir de abril. Llevaremos una materia más, a modo de plan piloto. Se llama Habilidades Hospitalarias, y como bien lo dice el nombre, empezaremos a ir a la clínica, aprenderemos cosas útiles y todo lo que se refiere a la segunda parte de la carrera. ¿Lo malo? Ocupará tantas horas de la matrícula como otras que sí son oficiales, también tendrá exámenes y todo para al final recibir una bonita constancia de haber cumplido satisfactoriamente el adiestramiento preclínico.

Hoy no hubo clases, así que me levanté tarde, pude desayunar algo, flojear e incluso jugar un rato al Zelda. Ya van varias noches que dejo de tener frío y amanezco sin playera. Se siente ya el cambio de estación. Empiezan a reverdecer algunos árboles (que según eso se habían muerto con la helada de hace casi un mes) e incluso a florear. La temporada de mangos inició y algunas compañeras amablemente me dan del agua que preparan. Se perciben los aromas primaverales, lo que me causa accesos de hipersensibilidad inoportunos y a veces graciosos. Pero sobre todo, ya huele a Cuaresma~

La Cuaresma me encanta, ¿saben por qué?

¡Exacto! La comida de cuaresma es mi favorita. Para uno que no come carnes rojas es un semiparaiso de cuarenta días.

No todo es torrejas con miel, claro. Semana Santa se ha caracterizado por ser una época extraña en que ocurren cambios (incluso random) en mi vida. O conmigo. Además que mi cumpleaños generalmente cae en esos hermosos cuarenta días, con todo lo que implica, como: no ver a mis amigos, acudir a ceremonias religiosas que ocupan, estudiar para exámenes...

Se siente ya ese calorcito anormal, que hace que le den ganas a uno de meterse a una fuente para olvidar todo, simplemente hacerlo por gusto. Ganas de hacer nada bajo el quemante sol de mediodía que activa el parasimpático. De holgazanear tras tener una comida generosa en carbohidratos que induce al reposo. De escuchar canciones que me recuerden todo lo que fue pero ya no es, y más tarde pudrirme en recuerdos hasta no ver el fondo de la botella. De ver Ben-Hur. Correr a casa de algún amigo para ver la tele, jugar Ninitiendo o no hacer nada. Ver a mi amada hermana y hacer cosas juntos. Todo esto, y junto con más cosas que me tengo que aguantar porque estamos en fechas de exámenes~

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