sábado, 28 de enero de 2012

Del nauseato

Está bien que sigan siendo vacaciones, al menos durante diez días más. Y que flojear se haiga convertido en deporte nacional junto con el pleonasmo  y la tranza desde los años dorados del PRI. Además no es algo que (al menos desde que estoy en la universidad) diga antes de reiniciar las clases, pero... Quiero volver a la escuela... y pronto.

Estoy fastidiado de tener tanto tiempo libre. He descansado lo suficiente, me vicié jugando hasta romper todas mis marcas, leí todos los libros que tenía pendientes -lamento haberlo dejado tan olvidado, "Don Gonzalo González de la Gonzalera"- e incluso salí más veces de las que pudiera recordar. No quiero que se malentienda, pero... 

¡Soy un hombre, carajo! ¡quiero aprender, construir, reparar y más! Así llego a la conclusión de que mis estudios se han convertido en algo más que un pretexto para escapar de los problemas en casa, pedirle dinero a mi padre para aliviar mi angina de pecho con cerveza barata y usar el cambio para usar el transporte público de vez en cuando.

Siguiendo la tradición, elegí mi horario a partir de mi humor el día de la selección de grupo. Dado que estoy hasta la glabela del tiempo muerto -y el semestre está lleno de materias importantes- escogí  mis clases con catedráticos de intensidad considerable. Urgencias es mi prioridad, seguida por Gastro y Derma: el resto de mi atención puede repartirse tranquilamente entre las otras seis asignaturas.

No te temo, quinto semestre. Por primera vez tengo ansias de comenzar.


"No puedes mantener a un científico quieto"
-Dr. Emmett Brown

martes, 10 de enero de 2012

Expectativas (Fin de semestre y vacaciones)

En cierta ocasión durante tercer semestre, habíamos decidido hablar con el maestro de Microbiología para adelantar una práctica. Por falta de una comunicación adecuada entre los miembros del grupo, sólo asistimos 8 estudiantes al laboratorio durante aquella soleada mañana primaveral. El olor de los medios de cultivo pasaba ya casi desapercibido y el calor de los autoclaves trabajando otorgaba un aura hogareña al ambiente. El maestro nos miraba con mucha curiosidad, con la típica sonrisa que le caracteriza. Nos examinaba tan minuciosamente, como tratando de averiguar en qué pensábamos justo en ese instante. Finalmente, preguntó directamente a una compañera:

-¿Cuántos años tiene usted?
-Tengo veinte años, doctor.
-No, usted tiene 55.

La extrañeza se hizo evidente en todos nosotros. Sabía que algo interesante vendría después, así que traté de no manifestar inconformidad con la respuesta.

-¿Por qué, doctor?
-Porque la esperanza de vida de nuestro pais ronda aproximadamente los 75 años, por tanto si ya ha vivido 20, tiene usted 55 años para terminar todo lo que se proponga hacer. Hagan sus cuentas muchachos, administren bien su tiempo. Y bueno, en vista de que sus compañeros no vendrán, nos retiramos. Nos vemos mañana en clase.

Nos retirábamos lentamente. Algunos hacían paráfrasis a modo de mofa del comentario de nuestro maestro. Otros, simplemente permanecíamos en silencio, pensando. Tras esa sensación agradable que viene con el descubrimiento de algo nuevo y que pone a uno a reflexionar, sentí un escalofrío por toda la espina.

Desde pequeño había tenido la idea firme de dejar huella en este mundo. Claro, disfrutar la vida pero no morir sin hacer de la Tierra un lugar un poco mejor. Aunque tenía algunas ideas de qué hacer con mi vida (ser Biólogo y dar clases) por el gusto que encontraba al verme trabajando en ellas, en realidad nunca tuve muy claro cómo podría lograrlo. Eso si, estaba seguro de que lo lograría antes de los cuarenta, pues en base a lo que observaba en mi entorno, a esa edad se terminaba la vida: Las personas se transfiguran, el sufrimiento que acarrean desde más jóvenes los vuelve amargados y recelosos, pierden los ánimos de hacer lo que les gusta y más cosas desagradables. No tenía caso, pues vivir tanto. Después de todo, Jesús sólo necesitó llegar a los 33 para cambiar el mundo; Janis Joplin y el resto del Club de los 27 no necesitaron tanto.

¡La falta de tiempo me ha desesperanzado!

Comenzaba a hacer cuentas: Saldría de la Universidad a los 25 años, tres de especialidad, mas dos de maestría, otros cuatro de doctorado... Cuando terminara todo eso me restarían 4 años para hacer lo que tuviera que hacer y terminar mi vida citando a Amado Nervo. "¡Carajo! ¡Necesito más tiempo!" pensé en voz alta y mis compañeros voltearon sorprendidos, deteniéndose en la puerta del laboratorio. Evité crear una conversación de ello ignorando sus miradas y apresurando el paso, fingiendo premura por llegar a clase de Fisiología. Desde aquella conversación matinal en que mi maestro de Microbiología me hizo espabilar, comencé a probar más cosas para saber realmente a qué podría dedicarme. 

El curso veraniego de Anestesiología fue mi primer contacto con la clínica. Fue emocionante salir del aula y darme cuenta que los conocimientos adquiridos (algunos, muy a la fuerza) en dos años realmente tenían una aplicación práctica, pero sobre todo que debían estar siempre frescos para tomar decisiones rápidas y bien fundamentadas. Me interesa en demasía esta rama de la medicina, sobre todo porque puedo vincularla con la cátedra que pretendo impartir en la Universidad, de Fisiología o Farmacología.

Igualmente, fui invitado a trabajar en un proyecto de investigación de la Secretaría de Salud por conducto de un amigo y una maestra durante las vacaciones estivales. Ella me guió a lo largo del semestre en el proyecto, me ha mostrado las posibilidades que hay más allá de estudiar 10 años para sentarse tras un escritorio a repartir paracetamol. Me inyectó (no literalmente) de suficientes bríos como para aseverar que sí deseo dedicar parte de mi vida a la investigación.


No todos los maestros están locos, también los hay buenos~

Ahora que ya tengo mucho más claro el panorama académico, quiero hacer algo por mí para poder prolongar mi esperanza de vida de cuarenta años al menos otros diez. Sé que puedo sonar exagerado, pero realmente nunca he gozado de una muy buena salud. Para colmo, debido a mis descuidos (y haciendo caso omiso de mi genética) ahora estoy empastillado como cuarentón achacoso para controlar mis desórdenes metabólicos y sobre todo evitar una recaída de mi angina de pecho. Comencé a ir con una nutrióloga. En realidad no mejorará mi situación mientras mi IMC no esté dentro del rango normal.

Al fin me he dado tiempo de actualizar, después de tres semanas de relativas vacaciones. Sé que he tenido medio abandonado este lugar, aunque al principio (iluso de mi) pretendía actualizar semanalmente. No pienso dejarlo tirado, aunque ciertamente he tenido (y deberé seguir haciéndolo) que reajustar mis tiempos para poder venir a compartir parte de mi vida. Espero ponerle más cositas, hacerlo más legible/amable a la vista, pero de a poco.

Tú, linda persona frente al monitor, muchas gracias por pasar a leer las perogrulladas que vengo a soltar por acá~ 

¡Que tengas un buen 2012!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

♫Extrañándote tantoo~♫

Desde aquella noche en que sonreías en mis brazos han pasado más de dos años. No termina un día sin que piense en ti. Tratar de remembrar en unos cuantos párrafos cada luna y cada canción que he terminado por dedicar a tu recuerdo sería un vano intento por demostrar a otros (o a mi mismo) que el tiempo congeló aquellas lejanas nubes sólo para nosotros. Ahí siguen, un poco más allá de lo que podemos estirar la mano, tan imposibles y cercanas.



Cómo olvidar los ya idos cielos tan azules y altos, los juegos mentales de que las nubes nos hacían partícipes con sus formas variantes, siempre a merced del viento. ¿Y no era el viento quien jugaba entre tus castaños y largos cabellos hasta sacarte una sonrisa? Aunque a veces también te mostrabas impasible ante él, sólo inmersa en tus pensamientos a millones de años luz de distancia, sentada junto a mi en nuestra banca de concreto.

Haber puesto nuestra relación en hiatus por tanto tiempo oxidó un poco la mecánica que solíamos tener y se anidó en mi el temor de no poder rescatar algo que quizá murió hace tantos amaneceres. El miedo de haber perdido algo tan puro en un maelstrom de emociones inmaduras que no pudimos controlar. De verme tan lejos de ti.



¿Quién como tú, mi dulcísima Mokona, quién?

No volvamos a alejarnos~

jueves, 3 de noviembre de 2011

Actualización random

Se terminó el puente del Día de Muertos. Apenas comenzó me dediqué a dormir 18 horas continuas que me supieron a poco y de las que recuerdo imágenes esporádicas sobre lo que soñé. Debieron ser cosas muy agradables, pues recibí con una sonrisa la tarde del día siguiente en la misma posición que adopté al recostarme. Tan cómodo. Relajado. Por un momento entré en negación y creí que ya era la época vacacional.



Pero NOOOOOOOO~~~!!!

Me faltan muchas cosas por hacer y temo que el tiempo restante (5 semanas) me devore antes de terminar la mitad. Curiosamente, el semestre no está tan cargado de materias, sino que las materias mismas demandan mucha atención: Farmacología resultó ser más sencilla de lo que imaginé, pero si no la reviso a diario podría olvidar cosas muy importantes; Patología es más complicada de lo que aparenta, pero gracias a Yavhé se me da razonar y comprender. El resto mas bien son cansinas, sobre todo por las guardias o la redundancia del contenido; Propedéutica es tediosa, pero todos los temas son vitales; Cirugía es interesante pero no tiene mucha aplicación práctica en el campo de acción del médico general. Sólo espero poder sobrevivir a todas las ocurrencias de los jefes de departamento.

También está del detallito (ajá) del proyecto de investigación que estoy haciendo. Aún me falta aplicar una treintena de encuestas, buscar los percentiles y los valores séricos de lípidos que necesito para la población mexicana. Al parecer no existen y tendré que utilizar los valores de la OMS, que suelen ser el estándar norteamericano. Pff...



Por segunda ocasión, participaré en la pastorela de la escuela. La primera vez sólo fue para acreditar la materia de Formación integral. Ahora es por gusto, ya que el libreto me convenció. Necesito un escape o las frustraciones acabarán con mi cansado corazón ó mi cordura. Por cierto, retomé el tratamiento para mi corazón. Aunque me siento mejor e incluso puedo correr otra vez, me mareo cuando río mucho o tengo alguna emoción fuerte.

Me integré a las filas de SCORP. Es un comité permanente de una federación/asociación de estudiantes de medicina que promueve los derechos humanos y la paz. Las actividades que realizan han captado mi atención y energía. Tendremos una junta esta semana y sólo añadiré que estoy muy entusiasmado con esto.

Comencé a entablar diálogos con cierto laboratorio clínico privado para poder trabajar ahí los turnos de fines de semana. Ahora que tengo mi cédula puedo darme el lujo de buscar trabajo con un respaldo académico. En realidad, mi finalidad es ingresar en alguna institución para hacer antigüedad desde ya y jubilarme un poco antes del promedio.

Bueno, si. Ya tenía mucho sin asomarme siquiera por acá. Y ya casi acaba el semestre... CARAJO YA CASI ACABA!