...no fue linda en absoluto. Y no quiero hacerlo de nuevo...
Apenas había entrado a la prepa, y en cierto modo aún resentía los males que me quedaron de la secundaria. Fue una etapa (y lo digo por primera vez) bella, la gocé tanto como pude, aunque no siempre le dé una connotación mayor a "aún ahora los odio a todos". Quería quitarme los sinsabores de la seca reconciliación con Sam y Mary aquella noche de graduación en que estrené y perdí mi dije del kanji de dragón, tratando de conseguir más amigos en la nueva escuela.
"Bueno, si entonces no me sirvió ser yo, supongo que no habría de esperar lo contrario acá" pensaba, mientras la maestra insistía en que al presentarnos nombráramos a alguien que admirábamos.
...en la madre...
No esperaba hacer algo tan personal en el primer día de clases. Nombre tras nombre repasaba buscando un personaje que no me hiciera sonar ni pretencioso ni nerdo o algo que revelara parte de mi por accidente.
"...y admiro a Ricardo Arjona sin razón en especial, gracias..."
Ándale si te digo, y por dentro me destartalé de risa. Me gustaban algunas de sus canciones hacía un tiempo, mucho más atrás de la secundaria, por imitación a mi madre y porque me gustaban algunas melodías, aunque sinceramente siempre me ha fastidiado su abuso de la rima y el oxímoron. Yo iba a mencionar a Jesús, a Blue Demon, a Neruda, el Santo, a Carlos Fuentes o incluso a Shakira (cuyas canciones viejitas me siguen gustando) como el mal ejemplo de una latina que triunfa en EU tiñéndose y dejando de hacer rock por hacer pop comercial y bailando bien sepsi. Pero luego me iba a cargar el payaso por ser tan yo. Y curiosamente no hubo caras desenfadadas o algo parecido por lo que dije ni cómo lo dije.
Y luego se empezaban a formar las "bolitas por afinidá" durante el receso, donde como ganado íbamos a pastar a la cafetetría, teniendo que aguantarme el tremendo olor a carne y chicharrón. Pues yo me junté con mi tía Lora, a quien conocía por ser mi excuñada desde la secundaria, y gente se juntó con ella porque la conocían de fiestas.
Esperando las órdenes estaban mis compañeros, en silencio viendo noséqué programa matutino donde pasaban una sección del Más allá. Y que el tipo fornido, de negro, con lentes oscuros, peinado rudo y Ankh de plata rematado con un Cristo, suelta un indigno rebuznido que irrumpe nuestro sacro silencio entre desconocidos futuros amigos/enemigos/parejas/otro/a, empezando a hablar y explicar un tema random sobre el cielo y el infierno con falsa gracia narrativa y mucha pseudoexperiencia de intelectual de Starbucks Otso, como si tuvisese un doctorado en Teología de la Universidad del Vaticano.
"y entonces pues el cielo no es como te lo pintan porque una vez vi el Discovery y blahblablah..."
Puedes llamarle proyección, porque soy parlanchín si me dan cuerda y el tema se pone bueno; o una simple obsesión, porque también me fastidia que la gente hable sin pensar, siendo que también soy amante del silencio. Pero igualmente me repatinan los tipos que se sienten sabelotodosuperdotadosuperioratientodoaspectoytodolohagobienysalvoelmundoantesdeirmealacamaconminoviaysoyjuancamaney.
*suspiro*
Creo que lo dije bien.
Pues el caso es que mientras el fulano se pasaba del infierno judío al kung-fu, y luego al desierto de Atacama y de retro a Waterloo yo me refundía en mi infierno personal, maldiciendo hasta su séptima generación por toda la sarta de mentiras y perogrulladas que soltaba en cada bramido, remedo de un tono de voz que aparentaba seguridad.
Y uno por lo bajo tarareando Michelle, arrugando la playera con las manos y deshaciendo servilletitas, que previamente doblaba a modo de barquitos como una pequeña venganza interna, un reclamo, por nunca haber podido hacer uno en mi primer infancia y nunca haber sostenido una plática como la que él pretendía, ni siquiera con mis amigos foráneos. Bueno, lo último mas que nada por la falta de tiempo en los concursos.
"...entonces la gravedad influye para que asímismo la fuerza gravitacional blahblahblah..."
Lo odié en ese instante que comenzó a hablar de Física y Matemáticas. Me sentí casi-violado, se entrometía en mis dominios y fingía ser lo que yo quería no ser. Yo me percibía rojo de ira, mientras los demás estaban con los ojos fijos y vidriosos, no sé si por la atención tan concentrada que olvidaban el reflejo de parpadear o el humo que emanaban los panes carbonizados en el comal. Pero de ser sincero esperaba que la mancha de Sommer-Larcher apareciera conforme se esfumara el rigor mortis que semejaban sus posturas extrañas.
Entoncés fui salvado por la campana sonó, llamándonos de regreso al corral. Tomé por el brazo a mi tía Lora, esperando nos quedáramos un poco atrás del nuevo grupo de "amigos".
-Estoy cabreadísimo...
-¿Por qué sobrinillo?
-Ese tipo diría que el sol gira alrededor de la tierra y todos le creerían...
-¿Crees que dijo muchas mentiras?
-Sé que en lo único que no minitó es en su nombre, y eso porque lo aprendí cuando pasaron lista.
Me miraba extrañada. Bueno, no teníamos una relación previa salvo los encuentros fugaces cuando iba a visitar a Cary al taller de computación. No sabía que decir, y mas que para romper el silencio que para apurar el paso a clases finalmente habló:
-¿Y por qué no dijiste nada?
Esa era la cuestión. No quería ser el chicoquecreenquelosabetodo. Guardé silencio e imité una sonrisa forzada antes de reanudar una carrera de 35.23 metros para no perder la asistencia del día.
***
Aún lo detesto. Aún nos vemos a veces. Aún lo he llamado "amigo". Pero en cuanto aprenda a manejar no tendré más razones para detestarlo por sentirse superior.
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