Apenas nos hemos visto un par de veces, aunque seguramente hemos oído tanto el uno del otro como es humanamente posible.Nunca ha habido presentación formal o informal, no hacen falta, sé quién es, y él sabe quién soy.
Hoy caminaba rumbo a la nueva dejada de la ruta pública, y él iba venía en sentido opuesto. Era él, indudablemente. Cruzamos miradas durante 3.1416 segundos en los que lo asesiné 17.46 veces mentalmente, cada vez más fría y sádica que la anterior.
A nada estuve de regresarme. Sólo necesitaba medio segundo para dejarlo fuera de combate y otro medio para matarlo. Dos si pretendía defenderse.
A nada estuve de matarlo como en algunos de mis sueños más dulces por lo que hizo, aunque a veces creo que vivir con esas consecuencias acabarán con él sin necesidad de que yo intervenga directamente.
Iba a volver, pero el torrente de adrenalina se contuvo pues la norepinefrina hizo lo suyo.
Y Corteza intervino y finalmente dijo "no lo hagas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario